

Cuando se trata de encontrar al culpable de los problemas del presente; cuando se busca una causa última que explique por qué hay hambre, desigualdad, injusticia, pobreza; cuando se trata de explicar el mecanismo que nos conduce a la deforestación del planeta, al agujero de ozono, a la desaparición de los pueblos indígenas, al cambio climático; cuando hay crisis, hambrunas, paro, o cuando se trata de pensar la globalización o la posibilidad de un cambio para la humanidad, en estos casos y de manera general se recurre a la idea de Capitalismo. Todo encuentra su explicación en un sistema basado en el egoísmo y el dinero; igual que todo indica su derrumbe. El Comunismo y el Fascismo trataron de dominar al monstruo, fracasaron; la Socialdemocracia pretende domarlo, sin éxito; el Liberalismo espera aún sus mejores frutos, alimentando el mito. Aquí ensayamos la construcción de un mapa que ordene las categorías de la Economía Política y explique qué tiene de fantasmagórico e irreal semejante idea del Capitalismo.
El mito del capitalismo, filosofía de la moneda y del comercio. Edición digital, 286 páginas.
Pentalfa Ediciones, Oviedo, 2020.
Luis Carlos Martín Jiménez, desde las coordenadas del materialismo filosófico, ofrece en este libro un análisis filosófico sobre la esencia del Derecho.
La distancia entre lo que "es" y lo que "debe ser" se determina por las normas, pero al distancia entre lo que "son" las normas y lo que "deben ser", requiere determinar parámetros que permitan su evaluación y modificación permanente. Hay parámetros teológicos, cosmológicos, racionales, ideales, utilitarios &c., que a modo de fundamentos fijos y externos a la práctica jurídica, ocultan su esencia, lo que aumenta la distancia entre lo que el jurista hace y lo que piensa que hace, confundiéndole y dificultando su labor. Desde una filosofía materialista del Derecho se explica cómo se conjugan hechos y normativas desde un núcleo jurídico cuya praxis ordena y mantiene activas las sociedades políticas que miran a un mundo en permanente cambio.
Es muy probable que el lector del título de este libro, El Ego trascendental, atribuya a su autor una perspectiva teológica (si recuerda el Ego sum qui sum, del Yahvé del Pentateuco) o bien una perspectiva idealista (si recuerda el Ego trascendental de la Crítica de la Razón Pura).
El Ego trascendental del que hablamos en este libro no es, en efecto, una idea teológico-bíblica o filosófico-metafísica (menos aún es un concepto psicológico, en el sentido del ego estudiado por Wundt, por Lipps o por James). Es una idea lógico material (gnoseológica), simbolizada por E, que se interpreta como el enlace entre el Mundus adspectabilis (Mi), totalizado por E, y la materia ontológica general (M).