Es muy probable que el lector del título de este libro, El Ego trascendental, atribuya a su autor una perspectiva teológica (si recuerda el Ego sum qui sum, del Yahvé del Pentateuco) o bien una perspectiva idealista (si recuerda el Ego trascendental de la Crítica de la Razón Pura).
El Ego trascendental del que hablamos en este libro no es, en efecto, una idea teológico-bíblica o filosófico-metafísica (menos aún es un concepto psicológico, en el sentido del ego estudiado por Wundt, por Lipps o por James). Es una idea lógico material (gnoseológica), simbolizada por E, que se interpreta como el enlace entre el Mundus adspectabilis (Mi), totalizado por E, y la materia ontológica general (M).
El Ego transcendental.
Libro digital, 348 páginas.
Pentalfa Ediciones, Oviedo, 2016.
Cuando se trata de encontrar al culpable de los problemas del presente; cuando se busca una causa última que explique por qué hay hambre, desigualdad, injusticia, pobreza; cuando se trata de explicar el mecanismo que nos conduce a la deforestación del planeta, al agujero de ozono, a la desaparición de los pueblos indígenas, al cambio climático; cuando hay crisis, hambrunas, paro, o cuando se trata de pensar la globalización o la posibilidad de un cambio para la humanidad, en estos casos y de manera general se recurre a la idea de Capitalismo. Todo encuentra su explicación en un sistema basado en el egoísmo y el dinero; igual que todo indica su derrumbe. El Comunismo y el Fascismo trataron de dominar al monstruo, fracasaron; la Socialdemocracia pretende domarlo, sin éxito; el Liberalismo espera aún sus mejores frutos, alimentando el mito. Aquí ensayamos la construcción de un mapa que ordene las categorías de la Economía Política y explique qué tiene de fantasmagórico e irreal semejante idea del Capitalismo.
¿Por qué hoy en día se insiste en "educar en valores"? ¿por qué según el artículo 1.1 de la Constitución española nos guían "valores superiores"? ¿qué tiene que ver la valentía de un guerrero con la validez de la lógica o la valoración de un inmueble? ¿qué tienen que ver los valores de una ecuación con los valores espirituales? ¿puede entenderse qué son los valores y cómo se diferencian? ¿son independientes de los bienes y los sujetos? ¿desde qué criterios preguntamos si la valoración pone el valor o el valor determina la valoración? ¿qué fundamenta su orden en jerarquías? ¿es posible la neutralidad axiológica o a todo valor se le opone un contravalor? Más de un siglo de teorías y concepciones de los valores han pretendido responder a estas y otras cuestiones olvidando ya en el S. XVI español se hablaba del "valor de los valores", del "valor infinito de Dios", de "valores intrínsecos" y de "intrínsecos valores".
La pluralidad de disciplinas axiológicas que nacen en la Alamenia de finales del S.XIX, donde las tecnologías están cambiando vertiginosamente la vida humana, reaccioan frente a filosofías mecanicistas, economicistas y materialistas desde la teología protestante, la fenomenología, la psicología ,el historicismo u otras disciplinas "humanas" que como la jurisprudencia o la pedagogía expanden el campo de la idea de valor y al terminología de los valores.
La Apología de los hermanos dominicos (1595) es la censura que los teólogos dominicos de España envían al tribunal de la Santa Inquisición, denunciando la Concordia liberi arbitrii cum gratiae donis (1588) del jesuita Luis de Molina. Domingo Ibáñez, catedrático de prima de teología en la Universidad de Salamanca, fue el encargado de redactarla, poniendo al servicio de la causa dominica toda su capacidad dialética y retórica: Piadosísimos Padres, defensores de la fe católica y, en virtud de la autoridad apostólica, legítimos debeladores de los errores heréticos, es del todo ajeno a nuestro instituto religioso, en obediencia a vuestro santo tribunal, pasar por alto cualqueir afirmación impía y novedosa. Más aún, es propio de nuestro debes, como fieles perros del primer y más importante inquisidor del error herético, nuestro bienaventurado y Santo Padre Domingo, no sólo ladrar contra las doctrinas peligrosas, sino incluso... morder con ferocidad a sus autores. Pues, ¿quién olfateó, husmeó y encontró a Constantino, Egidio, Cazalla y a otros seguidores y partidarios de la herejía luterana?
Gustavo Bueno ofreció unas lecciones, en el XI Curso de Filosofía de la Universidad de La Rioja, dedicado a Filosofía del Deporte. El deporte en las sociedades del tercer milenio (Santo Domingo de la Calzada, julio de 2014), que tituló «Ensayo de una definición filosófica de la Idea de Deporte» y «Deporte, Naturaleza, Cultura y Educación».
Este libro ofrece la reelaboración de aquellas lecciones. En su introducción trata sobre el alcance de la expresión filosofía del deporte en el conjunto histórico de la filosofía. Una primera parte analiza las definiciones en general (filosóficas y no filosóficas) del deporte. La segunda parte trata de las definiciones no filosóficas (positivas y pseudofilosóficas) del deporte. En una tercera parte se ensaya la composición de una definición filosófica del deporte. Y dedica un final a las reflexiones (filosóficas, no sistemáticas) en torno al deporte.
«Desde la perspectiva del materialismo filosóficao puede concluirse que sólo regresando a escala de ideas filosóficas tales como la de Homo Sapiens, Cultura, Libertad, Derechos Humanos, &c., es posible encontrar un criterio de discriminación entre lo que pueda ser deportivo y lo que no lo sea.»
Abre este volumen un conjunto de reseñas escritas por Bueno a partir de 1946, prácticamente todas ellas para la Revista de Filosofía publicada por el Instituto de Filosofía «Luis Vives» del CSIC. Las primeras de estas reseñas constituyen también los primeros textos de Bueno de los que tenemos noticia y forman parte de su etapa como becario del CSIC en Madrid, período en que desarrolla su tesis doctoral sobre La filosofía de la religión. Fundamento formal y material de la moderna filosofía de la religión, que está fechada el 7 de abril de 1947. A pesar de ser textos breves, asoman en algunos de ellos pequeños apuntes filosóficos que no conviene pasar por alto: el papel del cartesianismo en la historia de la filosofía moderna, las relaciones entre filosofía y literatura, el alcance de la teoría del conocimiento tomista, el problema de la fundamentación lógica de las matemáticas, &c. De todas formas, el principal valor de estas reseñas consiste en ofrecer una muestra del tipo de lecturas que realizaba su autor en esos años. Por ello es interesante constatar el uso que hace Bueno en sus obras de juventud de algunos de los textos que previamente había reseñado. Así, por ejemplo, en la tesis doctoral se cita, para ilustrar algunos aspectos de su parte «histórica», la obra de Paul Hazard sobre El pensamiento europeo en el siglo XVIII a la que un año antes (1946) dedicaba la reseña más extensa y detallada de cuantas escribió. Sin embargo, es en el libro inédito sobre Los procesos picnológicos, fechado en 1953 y escrito ya en Salamanca, donde encontraremos incorporadas las obras de lógica que Bueno había leído y reseñado en los años previos. Aquí se citará elogiosamente el manual de Lógica de Manuel Granell, pero también se empleará la monografía de Hönen sobre La theorie du jugement d'après St. Thomas d'Aquin y los libros de Beth, Becker y Curry serán referenciados en los numerosos ejemplos extraídos de la lógica que jalonan la obra. Del libro de Dockx, Vers une synthèse moderne du savoir, extrae Bueno la formulación de uno de sus ejemplos preferidos de proceso picnológico: el del polígono inscrito en una circunferencia con la que acaba identificándose, por un paso al límite, tras la multiplicación indefinida de sus lados. A este grupo de escritos se puede adscribir también en cierto modo el más extenso trabajo acerca de «Una nueva exposición de la silogística», aparecido en la citada Revista de Filosofía en 1951.
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Este volumen reúne dos libros complementarios de Gustavo Bueno: El mito de la Izquierda (2003) y El mito de la Derecha (2008). El primero fue escrito entre octubre y diciembre de 2002, y publicado por Ediciones B en marzo de 2003. Agotó su primera edición ese mismo mes, y tuvo cuatro reimpresiones adicionales durante el año. Posteriormente se incorporó a colecciones de bolsillo como Byblos (2004) y Bolsillo Zeta (2006).
El mito de la Derecha fue escrito tras las elecciones generales de marzo de 2008, que revalidaron a Zapatero como presidente del Gobierno. Fue publicado en octubre de ese mismo año. Aunque se agotó pronto, no fue reeditado, lo que limitó considerablemente su difusión.
Ambos libros estuvieron marcados por la colaboración de Ana Lafuente Sánchez, editora determinante en la producción bibliográfica de Bueno entre 2002 y 2010. Durante ese período, impulsó la creación de nueve libros, varios de los cuales no se habrían escrito sin su iniciativa directa.
La colaboración entre Bueno y Lafuente comenzó tras el estreno de Gran Hermano en abril de 2000. Bueno escribió artículos semanales sobre el programa para la revista Interviú, y retrasó la publicación de Televisión: Apariencia y Verdad para incluir un análisis del formato como ejemplo de “televisión formal sostenida”. En 2001, surgió la idea de recopilar esos artículos, pero fue reemplazada por un nuevo libro: Telebasura y democracia (2002), también promovido por Lafuente.
A partir de ahí, Lafuente sugirió que Bueno escribiera sobre “la izquierda”, lo que dio lugar a El mito de la Izquierda. Después llegaron La vuelta a la caverna (2004) y El mito de la felicidad (2005). Cuando Lafuente pasó al sello Temas de Hoy (Grupo Planeta), editó allí otros títulos del autor: España no es un mito (2005), Zapatero y el Pensamiento Alicia (2006), La fe del ateo (2007), El mito de la Derecha (2008) y El fundamentalismo democrático (2010).
En esta edición se han corregido errores y añadido anotaciones señaladas por el propio autor. Se ha excluido el glosario propuesto por la editorial en 2003 (disponible en este enlace) y también se ha eliminado el subtítulo comercial con que se presentó El mito de la Derecha.
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¿Qué es la ciencia? Para la mayor parte de la gente esta pregunta suena a pregunta retórica, porque se sobreentiende que la respuesta es bien conocida: la ciencia es eso que hacen los «hombres de ciencia», lo que nos permite «conocer científicamente la realidad», tal cual es, y controlar las astronaves que van a la Luna o a Júpiter, o bien el código genético y, muy pronto, a determinar remedios contra el cáncer o el sida.
¿Qué es la ciencia? es una pregunta genuinamente filosófica. En este opúsculo se ofrece una teoría de teorías filosóficas de la ciencia y se esbozan las líneas maestras de la teoría de la ciencia desarrollada por el materialismo filosófico en torno a la idea del cierre categorial.