El lector tiene entre sus manos un libro que pretende servir a la vez como homenaje al profesor Gustavo Bueno y como análisis de su obra y del Materialismo Filosófico. Con la estructura de una encuesta, los sesenta participantes en el libro responden a las tres preguntas que se les formulan, aunando un carácter autobiográfico y doctrinal.
Gustavo Bueno es uno de los mayores filósofos de nuestro presente, y, por supuesto, no solo en lengua española. Desde su llega a Oviedo en 1960 ha venido ejerciendo su magisterio intelectural, creando un sistema filosófico propio, el Materialismo Filosófico, y dando lugar a lo que se conoce como Escuela de Filosofía de Oviedo, que ha rebasado los límites de esa ciudad, extendiéndose por el resto de España y la Hispanidad.
En 2014 siguen proliferando tal cantidad de mitos oscurantistas e ideas simplistas como en cualquier otro momento histórico anterior (si bien transformadas democráticamente o secularizadas). Por eso es tan necesaria la labora de una racionalidad filosófica materialista. El futuro del Materialismo Filosófico dependerá de sus cultivadores, y a vista de las visiones que contiene este libro, parece que la filosofía crítica en español está garantizada.
Gustavo Bueno: 60 visiones de su obra. Libro de tapa blanda, 314 páginas.
Pentalfa Ediciones, Oviedo, 2014.
Es muy probable que el lector del título de este libro, El Ego trascendental, atribuya a su autor una perspectiva teológica (si recuerda el Ego sum qui sum, del Yahvé del Pentateuco) o bien una perspectiva idealista (si recuerda el Ego trascendental de la Crítica de la Razón Pura).
El Ego trascendental del que hablamos en este libro no es, en efecto, una idea teológico-bíblica o filosófico-metafísica (menos aún es un concepto psicológico, en el sentido del ego estudiado por Wundt, por Lipps o por James). Es una idea lógico material (gnoseológica), simbolizada por E, que se interpreta como el enlace entre el Mundus adspectabilis (Mi), totalizado por E, y la materia ontológica general (M).
Abre este volumen un conjunto de reseñas escritas por Bueno a partir de 1946, prácticamente todas ellas para la Revista de Filosofía publicada por el Instituto de Filosofía «Luis Vives» del CSIC. Las primeras de estas reseñas constituyen también los primeros textos de Bueno de los que tenemos noticia y forman parte de su etapa como becario del CSIC en Madrid, período en que desarrolla su tesis doctoral sobre La filosofía de la religión. Fundamento formal y material de la moderna filosofía de la religión, que está fechada el 7 de abril de 1947. A pesar de ser textos breves, asoman en algunos de ellos pequeños apuntes filosóficos que no conviene pasar por alto: el papel del cartesianismo en la historia de la filosofía moderna, las relaciones entre filosofía y literatura, el alcance de la teoría del conocimiento tomista, el problema de la fundamentación lógica de las matemáticas, &c. De todas formas, el principal valor de estas reseñas consiste en ofrecer una muestra del tipo de lecturas que realizaba su autor en esos años. Por ello es interesante constatar el uso que hace Bueno en sus obras de juventud de algunos de los textos que previamente había reseñado. Así, por ejemplo, en la tesis doctoral se cita, para ilustrar algunos aspectos de su parte «histórica», la obra de Paul Hazard sobre El pensamiento europeo en el siglo XVIII a la que un año antes (1946) dedicaba la reseña más extensa y detallada de cuantas escribió. Sin embargo, es en el libro inédito sobre Los procesos picnológicos, fechado en 1953 y escrito ya en Salamanca, donde encontraremos incorporadas las obras de lógica que Bueno había leído y reseñado en los años previos. Aquí se citará elogiosamente el manual de Lógica de Manuel Granell, pero también se empleará la monografía de Hönen sobre La theorie du jugement d'après St. Thomas d'Aquin y los libros de Beth, Becker y Curry serán referenciados en los numerosos ejemplos extraídos de la lógica que jalonan la obra. Del libro de Dockx, Vers une synthèse moderne du savoir, extrae Bueno la formulación de uno de sus ejemplos preferidos de proceso picnológico: el del polígono inscrito en una circunferencia con la que acaba identificándose, por un paso al límite, tras la multiplicación indefinida de sus lados. A este grupo de escritos se puede adscribir también en cierto modo el más extenso trabajo acerca de «Una nueva exposición de la silogística», aparecido en la citada Revista de Filosofía en 1951.
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La inteligencia artificial está transformando la faz del mundo a un ritmo acelerado. A los programas que juegan al ajedrez mejor que cualquier campeón humano, los asistentes virtuales, los coches autónomos y los sistemas de traducción automática, reconocimiento facial o diagnóstico médico, se han sumado los sistemas generadores de texto, imágenes o sonido, con la entrada en la era de la inteligencia artificial generativa.
Pero, ¿es la inteligencia artificial una ciencia?¿Es ChatGPT realmente inteligente? ¿Comprenden los enormes modelos de lenguaje el significado de las palabras que emplean? ¿Pueden las máquinas llegar a sustituir a los médicos o los ciéntificos de carne y hueso?
Este opúsculo reúne respuestas a estas y otras preguntas. Frente al tsunami de opiniones que diariamente se vierten sobre la inteligencia artificial, se ensaya una filosofía de la inteligencia artificial desde las coordenadas del materialismo filosófico, articulada en tres partes: gnoseología, ontología y tecnoética. El resultado es una obra que contiene un tratamiento sistemático del campo de la inteligencia artificial.
La Geografía humana es un saber cuyo equilibrio en la república de las ciencias adolece de gran precariedad. Constantemente amenazada de disolución por las convulsas corrientes internas que la atraviesan y de fragmentación por las intrusiones externas provenientes de campos científicos vecinos, no encuentra su “identidad” gnoseológica. Con palabras del geógrafo Claude Raffestin, una disciplina en busca de los fundamentos de su “geograficidad”.
Los diferentes ensayos históricos orientados a dar cuenta de su unidad y distinción tan solo han sido intentos fallidos. El llamado “pensamiento geográfico” ha querido levantar el plano de los mismos, recayendo, sin embargo, en una cartografía que no supera el horizonte emic del propio gremio. Se hace necesario, pues, la traza de un mapa cuyas coordenadas respondan a la escala morfológica de las ciencias en marcha.
Los distintos materiales que se recogen en este libro constituyen un análisis de diferentes hitos de la Geografía –del “pensamiento geográfico”– interpretados desde las coordenadas del materialismo gnoseológico de Gustavo Bueno. La Teoría del Cierre Categorial supone una plataforma hermenéutica irrenunciable para entender las ciencias del presente y entre ellas la Geografía humana.
Este libro pretende impulsar en los lectores el pensamiento de que no hay que ir a buscar el núcleo de la religiosidad entre las superestructuras culturales, o entre los llamados «fenómenos alucinatorios», ni tampoco entre los lugares que se encuentran en la vecindad del Dios de las «religiones superiores». El lugar en donde mana el núcleo de la religiosidad es el lugar en el que habitan aquellos seres vivientes, no humanos, pero sí inteligentes, que son capaces de «envolver» efectivamente a los hombres, bien sea enfrentándose a ellos, como terribles enemigos numinosos, bien sea ayudándolos a título de númenes bienhechores. El núcleo de la religión se encuentra en el mundo de los númenes.
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